Cuando criticas constantemente a un niño, él no dejará de amarte, pero dejará de amarse a sí mismo. Cuando estamos de mal humor, podemos enojarnos con los niños. Pero cuando los niños están de mal humor, intentamos evitar que se enojen; ellos no solo no guardan rencor, sino que también buscan maneras de complacer a sus padres. Antes, siempre creíamos que el amor de los padres era el amor más grande del mundo, pero al tener hijos, nos damos cuenta de que hay un amor más puro y cálido que el amor de los padres, que es el amor que los niños sienten por papá y mamá.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Cuando criticas constantemente a un niño, él no dejará de amarte, pero dejará de amarse a sí mismo. Cuando estamos de mal humor, podemos enojarnos con los niños. Pero cuando los niños están de mal humor, intentamos evitar que se enojen; ellos no solo no guardan rencor, sino que también buscan maneras de complacer a sus padres. Antes, siempre creíamos que el amor de los padres era el amor más grande del mundo, pero al tener hijos, nos damos cuenta de que hay un amor más puro y cálido que el amor de los padres, que es el amor que los niños sienten por papá y mamá.